El morado evoca lujo y sabiduría; el naranja creatividad y el color blanco puede tener connotaciones opuestas según el contexto cultural. La elección del color en nuestra imagen corporativa puede afectar a las decisiones de compra de nuestro público objetivo.

Cuando ves una web cuyos colores se basan en el amarillo… ¿te sugiere lo mismo que cuando ves otra cuyos colores están basados en el rojo, el rosa o el marrón? Claramente, no. Por eso, es importante cuidar los que serán nuestros colores corporativos, y su combinación como fondo de nuestra web, como acento para los CTA (call to action) y sus complementarios para formularios, banners, imágenes, etc. ¿Quieres saber cómo hacerlo… pero bien? Pues sigue leyendo que te cuento un par de cosillas sobre el tema.

Lo primero: ¿qué es la psicología del color?

La psicología del color estudia el impacto que producen los colores en nuestras respuestas emocionales. Sí, no es brujería. Lo creas o no, tu estado de ánimo se ve afectado por la exposición a un color determinado. La manera en la que los colores transforman los espacios es algo que se aplica con frecuencia en decoración. ¿Te imaginas trabajar día a día en una habitación con las paredes rojas? Cada vez son más las casas que optan por tonos neutros para crear espacios que inspiran calma, cada vez son más las personas que piensan cuidadosamente qué colores incluir en sus viviendas o su vestuario. Sin embargo, en el entorno empresarial es fácil toparse con identidades corporativas diseñadas “como pollo sin cabeza”, en las que la inexistencia de un estudio previo sobre el color y la emoción que evoca, es más que evidente. Lo cual es, sin ninguna duda, #crasoerror

La importancia de la elección del color en el mundo del marketing, a pesar de ser una decisión en apariencia “banal”, puede afectar a las decisiones de compra de nuestro público objetivo. Por eso, más vale que le prestemos la atención que se merece. Cada color tiene una poderosa influencia sobre nuestro estado mental, cada color está asociado a una emoción y evoca cosas muy distintas. Si estás en ese proceso y eres consciente de su importancia, mi más sincera enhorabuena. Te recomiendo que antes de elegir con qué color quieres asociar tu marca, te hagas la siguiente pregunta: ¿qué emoción me gustaría despertar en mi audiencia? Si no lo tienes claro, no te apures. Voy a intentar echarte un cable.

¿Dónde nace el significado de cada color?

Antes de continuar, me gustaría dejar clara una cosa. Los colores son algo así como las emociones: no hay ni buenos ni malos. Más bien, todo depende del contexto y las circunstancias en las que se empleen y cuál sea su fin. Elegir los colores de una web en función de lo que se lleva en un momento determinado (sí, como en todo en la vida en el universo de los colores también hay modas), es un error. Esta elección no debería responder jamás a una moda, sino ser la respuesta a la pregunta que te formulaba antes.

El significado de cada color está basado en criterios culturales y en elementos subconscientes que consiguen que se sienta o perciba una realidad concreta. Pongamos un ejemplo para aterrizar esto.

Hace ya bastantes años McDonalds realizó un cambio radical en sus colores corporativos que afectó a todos sus restaurantes a nivel mundial. No sé si lo recuerdas (si es que no, probablemente ni tengas edad para votar), pero anteriormente al verde botella sobre el que descansa la gran “eme” en amarillo, antes había rojo. ¿Qué crees que pretendía McDonalds arriesgando su icónico rojo por un verde mucho más aburrido? La respuesta está clara y tú ya la sabes. El verde es el color que se asocia a la naturaleza, y de alguna forma convence a los consumidores de que lo que tienen delante es más respetuoso con el medio ambiente. La jugada de McDonalds no deja de ser paradójica, pero la intención es evidente, y de alguna forma consigue reformular su imagen de marca en tu cabeza, y posicionarse en el lado opuesta a su competencia directa (Burger King en este caso).

¿Con qué significado asociamos cada color?

Veamos las emociones más comunes que despiertan los colores genéricos, aunque siempre variarán en función de la tonalidad.

• El color ROJO evoca emociones fuertes: pasión, sexualidad, ira, calidez, poder, urgencia… También tiende a generar apetito, por eso es común que lo utilicen marcas de bebidas o alimentación (apuesto a que te suena alguna). Es preferible no abusar demasiado de él, pero también es ideal para utilizar en llamadas a la acción, tales como los botones de compra. Está comprobado que la conversión mejora cuando hay que hacer click sobre un botón rojo.

• El color AZUL simboliza armonía, paz, confianza, fidelidad, seguridad o profesionalidad. El azul es el color que se asocia con el pensamiento racional, pero también tiene connotaciones espirituales y varía mucho en función de su tonalidad.

• El AMARILLO es considerado el color energético por excelencia. Evoca emociones como la alegría, el positivismo, el optimismo o la creatividad. Es un color que aporta calidez y buen rollo, pero que es importante saber combinar con sus complementarios. Entre las pegas más importantes del amarillo está su difícil lectura o que si se utiliza en exceso pueda llegar a “deslumbrar” demasiado. Como digo, todo dependerá de su tonalidad.

• El NARANJA se asocia con la creatividad, la fuerza o el equilibrio. También inspira confianza en uno mismo y desata el espíritu de independencia. Es un color ideal para incluir en productos o servicios destinados a un público joven, y que no encaja tan bien con marcas de talante más serio.

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Fuente: Emprendedores

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